Spanien
Angel Iribarren Arlegui
Con estos elementos que en otros tiempos han tenido una utilidad muy distinta, y seguramente más relevante, se plantea un cambio de uso o una especie de reencarnación, ¿Quien sabe si sufrirán otras alteraciones a lo largo de su existencia? O quizás, acabarán siendo cenizas.
Maderas que han sido vigas, pilares o ventanas, o quizás palés. Otras que fueron cortadas como consecuencia de podas o limpias en los montes o simplemente han quedado sus raÃces al descubierto cuando se han abierto caminos nuevos en el monte. Piedras, que formaban parte de calles adoquinadas o casas derruidas, que ya han perdido su función. Tal vez cantos rodados arrastrados por el rÃo o que han llegado a alguna playa. O herramientas obsoletas de labranza que ofrecen cierta versatilidad.
Todos estos elementos, con una escasa intervención humana, intentando que no despierten de su sosiego, son los que forman parte de mi universo. Son los que me han servido para expresar cuestiones que me preocupan, me asombran o tal vez me generan cierta admiración.
Sin ser pretencioso también he pensado en alguna ocasión, que algún trabajo mÃo pudiese servir a otras personas para poder reflexionar, pensar, meditar y quién sabe si se pudieran producir pequeños cambios. No obstante este no es mi objetivo. El estar atento a la realidad social, reflexionar, intentar expresar, buscar materiales que sirvan para el objetivo, ensamblar y acabar, es una especie de veneno que llevas dentro, que no te puedes deshacer de él, que te quita otras muchas facetas importantes de la vida y que acabará cuando la cabeza y el cuerpo inicien la decrepitud.